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  La Medicina en la Guerra de Malvinas
 

La Medicina en la Guerra de Malvinas


Para Argentina esta fue la primera guerra efectiva del presente siglo, por lo tanto, no había antecedentes de aplicación de la medicina de guerra en nuestro país, como tampoco médicos que pudieran transmitir sus experiencias en la asistencia de heridos en combate. En Malvinas muchas veces se tuvo que improvisar. El presente artículo trata de sentar un precedente en el estudio de esta medicina tan especial.




El 5 de Abril de 1982, el director del Hospital Militar de Comodoro Rivadavia, recibe la orden de trasladar su Hospital a las Islas Malvinas. Este hospital contaba con 30 camas y con capacidad quirúrgica, era un hospital que se encontraba a 1000 km de las islas.

El 10 de Abril este hospital se ubicó en Puerto Argentino en un edificio construido para hotel, y que no fue habilitado por defectos en su estructura edilicia. Con posterioridad este hospital fue constituyéndose en la instalación más importante de la zona de combate, se fue reforzando tanto con personal como con material, hasta contar -al 3 de junio- con 122 efectivos de los cuales 45 eran médicos, 4 bioquímicos. 2 farmacéuticos. 26 enfermeros y el resto soldados con distintas actividades. Tenía una capacidad, en ese entonces, de radiología simple, laboratorio, 6 mesas de operaciones, 6 camas de cuidados intensivos, 5 camillas de reanimación y clasificación de heridos, y capacidad de internación general para unos 70 pacientes que fue llevado a 146, agregándole una tienda de campaña y una casa particular de dos plantas.

El 21 de mayo, debido al desembarco inglés, este hospital cortó todo tipo de comunicación con la Isla Gran Malvina que quedó bajo la asistencia del Puesto Principal de Socorro de la Compañía N°3 que contaba con 11 efectivos, de los cuales 4 eran médicos.

Un bioquímico y otro odontólogo y disponían de 30 camillas en un gimnasio abierto.

Su instalación era muy precaria, disponía de una muy limitada capacidad quirúrgica y escasa vacante para internación.

Además no tenía posibilidad de evacuación ni abastecimiento. Al sur de la Isla Gran Malvinas -Bahía Fox- se instaló entre un casero un grupo de socorro que contaba con 3 médicos, 1 odontólogo, 2 enfermeros y 3 soldados, poseía 30 camillas ubicadas en dos casas y no tenía capacidad quirúrgica.

Por su parte, en la Isla Soledad, cada una de las unidades desplegadas instaló un Puesto de Socorro y a partir del 1 de junio se pudo disponer en la zona de combate de 2 buques hospitales denunciados e identificados según las normas de la Convención de Ginebra del 12 de Agosto de 1949.

Los buques "Bahía Paraíso" y el "Almirante Irizar", el primero desempeñó un papel muy importante en la evacuación desde las islas hacia el continente. Fue útil por ser el más nuevo de la Armada Argentina. Tenía 250 camas de internación, cirugía, laboratorio, radiología, dos puestos de recepción y clasificación de heridos, un helicóptero con capacidad para 8 camillas y una pista de helicópteros construida a último momento. El personal médico lo conformaban 24 médicos y 50 enfermeros.



Las Evacuaciones

La evacuaciones se hacían del frente hacia los Puestos de Socorro a pie ( a veces ubicados a varios Km. ), pues el terreno no permitía el uso de vehículos terrestres, y los helicópteros no se podían usar por el escaso número disponible.

Desde el Puesto de Socorro se reacondicionaba al herido para continuar viaje en ambulancia u otro vehículo hacia el Hospital Militar de Puerto Argentino. Luego, si era necesario trasladarlo al continente se hacía mediante evacuaciones por agua (buque " Bahía Paraíso) o por aire en los aviones Hércules, hacia los hospitales de Comodoro Rivadavia (dos hospitales civiles acondicionados para recibir a los heridos ), al Hospital Militar de Bahía Blanca, al Hospital Naval de Puerto Belgrano y al Hospital Militar de Campo de Mayo. Para esta evacuación por aire, desde la llegada del avión (burlando el bloqueo) sólo se contaba con 40 minutos para sacar a los heridos del hospital, ubicarlos en las ambulancias (4 camillas por vehículo, ubicadas a 2 niveles), recorrer los 8 km hasta el aeropuerto y trasbordarlos al avión. Por razones obvias de seguridad no se podía anunciar el arribo de estos aviones a Puerto Argentino.



Patologías Atendidas en el Hospital de Puerto Argentino

Durante la existencia de este hospital en Puerto Argentino (12 de abril al 15 de junio de 1982) se internaron casi 2000 pacientes, más del 80% de estos con patologías no relacionadas directamente con los combates.

Las afecciones más comunes fueron: Pie de Trinchera, congelamiento de dedos, infecciones en la piel, anginas, neumopatías, otitis medias supuradas, micosis de piel, infecciones urinarias, apendicitis agudas y desnutrición. Los internados por heridas de combate, conformaban poco más del 10% del total de efectivos destacados en las Islas Malvinas, de los cuales más del 80% pertenecían al Ejército. Y el 70% de los heridos recibidos en este hospital fueron por proyectiles de baja velocidad, correspondientes a esquirlas de munición de artillería y de bombardeo aéreo. Además, los atendidos en el Hospital de Puerto Argentino en un 75% fueron conscriptos, mientras que el 20% fueron personal suboficial y sólo el 5% oficiales.



Resucitación y Cirugías realizadas en Malvinas

A partir de la experiencia quirúrgica en el Hospital Militar de Puerto Argentino, se puede afirmar que se debe cambiar de mentalidad, de hábitos y de técnicas.

El tratamiento del herido de guerra debe incluir una serie de prioridades como ser la resucitación, la que debe hacerse simultáneamente con la clasificación. La resucitación debe incluir la limpieza o expedición de la vía aérea, lograr la respiración adecuada, detener las hemorragias y colocar una o varias líneas endovenosas para combatir el shock mediante la expansión de volumen circulante.

Además se debe considerar, dogmáticamente que toda herida de guerra está infectada, y por lo tanto se deben administrar antibióticos en forma rutinaria como complemento de la cirugía.

Por último, esta experiencia adquirida en la guerra de Malvinas, nos dice que se debe incluir un médico anestesista en el equipo de recepción y clasificación, algo fundamental para aplicar las medidas de reanimación.

Queda por acotar que las cirugías menores (y otras no tanto) se practicaban íntegramente en el Hospital Militar de Puerto Argentino.

Mientras que aquellas que requerían de mayor infraestructura y/o tratamiento, se realizaba el tratamiento inicial en este hospital de las Islas Malvinas para luego ser complementado en el Hospital Militar de Campo de Mayo, que tiene la infraestructura suficiente como para realizar las intervenciones de alta complejidad.


Este informe ha sido extraído de la revista "Memorias" en base al libro "La medicina en la Guerra de las Malvinas" editado en el año 1992 por la editorial Círculo Militar, cuyos autores son el Dr. José R. Buroni y el Dr. Enrique M. Ceballos. Por su gran valor ilustrativo y por sentar un valor precedente en documentos de la medicina de guerra en nuestro país, este libro ha recibido múltiples premios.

 
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